Indudablemente el objetivo de una empresa es prosperar y crecer. Entendemos este “prosperar” en el sentido más amplio de la palabra, no sólo por lo que se refiere a los beneficios; la empresa también debe prosperar socialmente y en su entorno.
Crecer es rentable, especialmente porque crecer significa ganar mercados (debilitando a los competidores), y profesionalizar el equipo directivo (por lo que nos mejoran los procesos). Habitualmente crecimiento iba ligado a innovación y, por lo tanto, a llegar antes que los demás y coger ventaja en precios y márgenes.
El crecimiento siempre va ligado a nuevas necesidades de financiación, que de una manera u otra hay que cubrir. Para ello, es muy recomendable inyectar capital a la empresa, ya sea con aportaciones de los socios actuales , reservas o con la incorporación de nuevos socios. Este capital, habrde nuevos socios. Este capital, , habrar capital a la empresa, ya sea con aportaciones de los socios actuales , reservas o con lá que retribuirlo (sin duda) pero hasta que esto no suceda no cargará sobre los márgenes de la empresa, cosa que si hacen los préstamos.
En este artículo queremos fijarnos en otras ventajas de aumentar el capital de la empresa, especialmente si esta ampliación queda formalizada, es decir, es pública:
- Hace más fuerte la imagen de la empresa que tiene el entorno, especialmente clientes, proveedores y potenciales futuros inversores
- Incrementa claramente la capacidad de acceso a más y mejores oportunidades de financiación tanto publicas como privadas, nacionales e internacionales. Todo ello en unas condiciones mucho más favorables.
- Permite participar en licitaciones o concursos mucho más grandes y con mayores posibilidades de adjudicación; y
- La ampliación de capital permite la que probablemente es la mayor y mejor herramienta de las empresas que han logrado crecer: la internacionalización.
Efectivamente crecer es rentable, y crecer rápido lo es todavía más. La velocidad la ofrece la inyección de fondos en la empresa, especialmente si estos vienen acompañados de un buen Consejo de Administración que aporte valor en su apoyo al equipo Directivo, para la toma de las mejores decisiones.
En nuestros foros de inversión hemos visto pasar muchas empresas persiguiendo este objetivo de crecimiento vía ampliación de capital, y podemos afirmar (sin ningún tipo de duda) que las que lo consiguen (el capital), crecen. Ello las lleva a prosperar, es decir a ascender peldaños en las distintas parcelas en las que se mueven las empresas, tarea nada fácil en un mundo tan competido como el que tenemos. En muchas ocasiones hemos podido constatar, incluso, que la alternativa a no conseguir el capital no es quedarse como están, sino entrar en zonas de riesgo pues son los competidores quienes han cogido delantera.
La ventajas de ampliación de capital son muchas (ya lo hemos visto) y, en resumen, se podrían concretar en una de sola: crecer. Crecer para correr, y que nadie nos atrape ni en mercados, ni en innovación, ni en ventas, ni en márgenes, ni en reputación… En definitiva, en nada de lo que desean todas las empresas.