Para dominar cualquier faceta del conocimiento o actividad se necesita talento y práctica. En algunos estudios se hablaba de 10.000 horas de práctica. La conclusión viene después de entrevistar a numerosos maestros tanto del deporte como artistas o empresarios y que estos dedujeran que 10.000 horas es lo que les había costado convertirse en los mejores, en su disciplina (10.000 horas, con talento previo claro).
10.000 horas equivalen en la vida de un deportista o un artista, a unos 10 años. Si lo trasladamos a la vida profesional: 5 años.
De todas formas, la maestría no dura para siempre, de la misma manera que no es una virtud con la que se nace tampoco permanece para siempre una vez adquirida. Siempre hay margen de mejora. Además, hay que tener en cuenta que los maestros son los mejores y si hay otros que han mejorado más, nosotros dejaremos de serlo.
Los psicólogos aconsejan que cuando alguien desea dominar una disciplina, la primera pregunta que debería hacerse es: “¿estoy dispuesto a dedicar muchísimas horas a hacer esto?” Una vez contestada afirmativamente a la pregunta debemos programar el tiempo necesario para la práctica, y (como no) para el aprendizaje a través de la educación y conocimientos que puedan ofrecernos otros especialistas.
Desde 2006, cuando empecé a sumergirme en el mundo de las startup (en aquél entonces debíamos explicar el término cada vez que lo utilizábamos) he visto muchísimos emprendedores que han acudido para explicar su proyecto; sin duda estoy agradecido a todos ellos por la confianza que han depositado. Anualmente analizamos más de 300 proyectos, por lo que son miles los que he tenido el placer de conocer.
Los emprendedores que hemos visto hacer triunfar a sus empresas, tienen muchas cosas en común y quizás la más importante es que han sabido convertirse en maestros de su modelo de negocio, es decir, que han sabido (y saben) dominar las palancas claves del negocio.
En muchas ocasiones, el emprendedor inicia un proyecto en base a una afición o expertise en un tema concreto, creyendo que como son buenos (o muy buenos) en ello, van a ser capaces de triunfar en una startup basada en esta disciplina o sector. Conocer un sector o dominar una disciplina no garantiza el éxito en el negocio que vayamos a proponer centrado en esta actividad o sector. Hay un factor clave en ello: que hayamos dedicado miles de horas a la actividad, no significa que vayamos a ser capaces de dedicarlas al modelo de negocio propuesto.
Pocas startup de éxito no han pivotado su modelo de negocio, en el camino hacía la cumbre, y numerosas han sido las que han estado al borde del fracaso antes de que les llegara el éxito. Otro factor común: la dedicación, que habrá llevado a sus líderes a emplear estas más de 10.000 horas, determinadas por Gladwell, en dominar el modelo de negocio.
Los efectivos maestros de su modelo de negocio saben que siempre deben continuar mejorando el dominio en las palancas caves del negocio. Si no lo hacen, no mantendrán su maestría … y alguien más (la competencia) será mejor que ellos. Otro punto en común entre los emprendedores de éxito: se esfuerzan cada día en mejorar.
Otra clave: Los mejores tienen siempre muy claro lo que quieren hacer y hasta dónde quieren llegar. Nunca buscan excusas que puedan justificar el fracaso, solucionan los inconvenientes con más esfuerzo y dedicación. Lo resumiríamos en una frase “si algo va mal, es que estamos haciendo algo mal” o en la que oí de un conocido empresario del sector de la publicidad, cuando su equipo ya estaba exhausto de trabajar: “no nos está saliendo bien, esto es que trabajamos poco”
Encontrar las palancas claves de un modelo de negocio, no es tarea fácil, especialmente en sectores competidos. Además, después viene la ejecución, sin duda la parte más relevante. No es suficiente con definir, hay que ejecutar. LA puesta en marcha de las propuestas es un porcentaje elevadísimo del éxito que estas vayan a tener.
Para ser emprendedores de éxito deberemos dedicar muchísimas horas al modelo de negocio, para ser maestros del mismo, a la vez que estar dispuestos a aprender de otros maestros y saber que siempre tendremos que estar mejorando para que otros no nos superen. De todas formas, si llevamos 10.000 horas dedicadas a encontrar las palancas para nuestro modelo de negocio y todavía no estamos dónde querríamos…. puede que la clave esté en que debamos trabajar más.